Inicio Senderos con mi última ruta. Un fin de semana rodeada de montañas y de la magia de El Bierzo.
Llegar hasta Pañalba de Santiago, en pleno corazón del Valle del Silencio berciano, requiere de concentración en el asfalto y tranquilidad. Lo primero porque sus pronunciadas curvas no permiten distracción a los acompañantes, excepto si son ajenos a los mareos. Y, en segundo lugar, por ser un tramo que requiere conducción lenta y precavida.

Peñalba de Santiago es un pueblo de 20 habitantes que viven tranquilos y, me atrevería a decir, ajenos al mundanal ruido la mayor parte del año. La típica arquitectura de sus casas de piedra y pizarra llama la atención de todo visitante que pasea por sus rincones, sin perder de vista todo tipo de curiosidades, además de unas calles tan limpias como tranquilas y silenciosas. De hecho carecen de tráfico ya que los coches hay que dejarlos aparcados a la entrada del pueblo. Buena idea que convendría copiar.

La ruta más popular que parte del pueblo llega hasta la Cueva de San Genadio, lugar en el que estuvo Genadio de Astorga, conocido popularmente como San Juanacio, un religioso benedictino, eremita, obispo de la diócesis de Astorga entre 899 y 920 y fundador de varios monasterios en El Bierzo. El trazado hasta la cueva es corto y circular de unos cinco kilómetros en total. Transcurre entre robles y castaños con el rumor del río de fondo y la belleza de sus castaños centenarios acompañando el camino.





La iglesia de Santiago de Peñalba es una maravilla mozárabe cuyo origen fue en realidad un monasterio fundado por San Genadio y del que queda la actual iglesia terminada de construir en el 937. Aunque se encuentra actualmente de obras y llena de andamios para restaurar las pinturas, según me confirmó su guía, su belleza es simplemente perfecta.






Lo aconsejable, dado que la ruta es corta, es comer en el pueblo en cualquiera de sus dos restaurantes. Merece la pena degustar los productos típicos del Bierzo contemplando la grandiosidad de su valle. Un espectáculo difícil de olvidar.






Magnífica información. Cuando estuve, tuve la suerte de encontrar abierta la iglesia (Santiago de Pañalba) y tengo aquella joya entre mis predilectas. Ateo militante, me extasío con las iglesias románicas y más aún con las prerrománicas como esa o como San Salvador de Valdediós (muy cerca de Villaviciosa). ¡Espero más crónicas-guías, ilustre peregrina!
Emilio de Miguel Martínez
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Entré en la Iglesia pero estaba de obras llena de andamios. Al parecer lleva así dos meses y, aún así, me pareció preciosa.
¡Seguiremos caminando!
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