Estamos en agosto, lo sé. Un mes en el que, según la tradición, no pasaba nada. Las empresas estaban a medio gas, la mitad del país de vacaciones y cualquier asunto por menor que fuera, quedaba relegado hasta que empezara la temporada, es decir, el nuevo curso. Os suena, ¿verdad?
El periodista Pedro blanco (Foto de su perfil de Facebook)
Se siente privilegiado por presentar un programa como Hora 25 en la Cadena SER. Privilegiado por trabajar en el mejor medio y por hacer lo que quiere hacer.Y es que la radio no tiene competidores, asegura este orgulloso tudelano.
Pedro Blanco habla sobre la radio con el convencimiento, cariño y profesionalidad que le dan los casi 20 años de micrófono a sus espaldas. «Aunque para muchos colegas la radio sigue siendo un medio menor, la gente de la radio tenemos la responsabilidad de reivindicar y defender este medio frente a los demás», dice, y establece comparaciones con la televisión o internet para concluir que la radio es el refugio y el último recurso de la gente que busca una información creíble e inmediata. A pesar de ello, Pedro Blanco apuesta por afrontar un proceso de adaptación, con nuevos lenguajes y nuevos formatos, siendo conscientes que la radio ya no se consume como se consumía antes. La radio ya no está en el receptor de pilas, que también, sino en los dispositivos móviles. Cada vez más la radio se escucha en diferido a través de podcast y se construyen programas para ser consumidos a través de internet.
La radio, como la televisión y la prensa escrita ha padecido un «dolorosísimo proceso de pérdida de credibilidad». Según una encuesta del CIS, el periodismo está considerado como una de las profesiones peor valoradas, y Blanco asegura que hay motivos para ello. «Hemos hecho mucho por perder el prestigio y no hemos sabido estar a la altura de las circunstancias porque el periodismo como la política no vio lo que venía.Y cuando lo vio, no quiso entenderlo, y después no supimos reaccionar». Recuerda cuando vivió el 11-M y los periodistas nos enfrentamos a él «con una mezcla de incredulidad, complejos y prejuicios» afirmando que hoy estamos pagando aquella falta de reflejos ya que durante mucho tiempo, los periodistas fuimos sordos y ciegos. Probablemente porque «nos acomodamos en nuestro sitio y vivíamos de la renta de la época dorada y nos seguíamos creyendo parte del poder». Pero no todo está perdido. Al menos no para este periodista que se empeña cada día tras su micrófono en recuperar el crédito y el afecto del oyente.
Pedro Blanco confiesa que en su trayectoria nada le ha dado mayor satisfacción que la radio local. Porque es en la radio local donde uno tiene la sensación de estar siendo verdaderamente útil a un colectivo muy definido. Y la conciencia ciudadana se empieza a construir en la esquina de tu calle y en el barrio en el que vives. Aunque no se fía de todos los gurús de la información, comparte la idea extendida de que el periodismo evoluciona hacia lo hiperlocal, y de ser así, «será muy bonito».