A punto de finalizar la Semana Santa volví a hacer una ruta sencilla y cercana a Salamanca. Se trata de un trazado circular de poco más de siete kilómetros, apto para toda la familia y que conviene hacer en otoño. Ahora os cuento por qué.

Castaños centenarios

Dejamos el coche aparcado junto al tanatorio de Los Santos, a la salida del pueblo. Es curioso, pero muchas rutas parten de los cementerios precisamente por encontrarse en las afueras. En esta parte de Los Santos están, a pocos metros de distancia, el colegio público, la residencia de mayores , el tanatorio y el cementerio, como un pasar de la vida.

Iniciamos la ruta por la carretera de asfalto que veis en la foto superior durante un rato hasta que, a mano derecha, ya empezamos a ver los castaños. El primer tramo transcurre entre decenas de estos árboles tan inmensos como maravillosos. Es el Sendero de la Madera, un pequeño paseo entre enormes troncos de castaños muy antiguos, unos huecos, otros formados por cientos de ramas y la mayoría con formas espectaculares.

Estamos a principios de la primavera y no se perciben brotes verdes en ninguna de sus ramas y el suelo todavía es una alfombra de hojas secas. Por eso os decía que este bosque hay que verlo en pleno otoño, el espectáculo está garantizado. Además de tener una gran envergadura, algunos están huecos por dentro, incluso permiten que te metas en ellos para contemplar su inmensidad. Ahora, como vayas con la intención de abrazar alguno, misión imposible. Tendrás que conformarte con algún que otro roble flaco que vemos junto a los castaños.

Es un paseo más que agradable que nos permite descubrir, no sin asombro, peonias silvestres a punto de abrirse y mostrar sus flores maravillosas, unas de mis favoritas. También encontramos algunas pequeñas esculturas de madera y hierro formando ramos de flores, por ejemplo.

Seguir la ruta no tiene pérdida porque está señalizada con pequeños postes de madera.

Abandonamos el bosque de castaños para caminar rumbo al Parque Temático de Granito, no sin antes pasar cerca de la antigua mina de wolframio cuya actividad es inexistente desde hace algunos años. Todavía se ven letreros que advierten de las voladuras que se llevaban a cabo en la zona, cuando la mina estaba a pleno rendimiento. No pudimos ver las huellas que, sobre el terreno, hizo la mina por estar demasiado lejos, pero es posible verlo desde otro punto distinto al que estábamos.

Continua la senda en un recorrido sin apenas sombras. Es preferible hacer esta ruta cuando el calor no aprieta , a no ser que no te importen las altas temperaturas o vayas bien provisto de agua.

Nos dirigimos hacia el pueblo bajo el repiqueo de las campanas de la iglesia que llaman a sus feligreses durante cerca de media hora. Extrañados por las campanadas tan largas, llegamos a la conclusión de que es Domingo de Resurrección, de ahí la insistencia. Antes de llegar, dejamos Los Santos a un lado y tomamos un camino de tierra que nos dirige hacia el Parque Temático del Granito. Grandes bloques a nuestro paso nos dejan claro que en esta tierra van sobrados de este material y lo utilizan para todo tipo de construcciones. Luego lo veréis en casi todas las casas del pueblo.

Sorprende el lugar. Esos bloques inmensos formando figuras geométricas en un gran círculo te invitan a quedarte en silencio buscando alguna explicación. Y para sorpresa, la de encontrarme a una joven austriaca que llegó al lugar, se puso cómoda, extendió una tela en el suelo y empezó a doblarse y a realizar flexiones y ejercicios de todo tipo. Hablé con ella, Alena se llamaba. Me contó que estaba allí con “su familia” de Alicante pasando unos días de vacaciones. Le inspiraba el lugar y su idea era volver al amanecer, sentarse en medio del círculo y cargarse de energía proveniente de las piedras. Espero que lo hiciera.

Es una lástima que no encontráramos los paneles explicativos que había bajo una tenada contando la historia de la cantería, la construcción de las calzadas romanas y la moderna industria de extracción del granito, con una pequeña colección de herramientas. La tenada estaba, pero vacía.

Finalizamos con un café de sobremesa en Los Santos. A esas horas el pueblo estaba vacío pero se puede ver la construcción de sus casas impregnadas de granito.

Es una ruta entretenida y, además, cercana a Salamanca. Creo que puede ser una buena opción para esos días en los que no tienes un plan previsto e improvisas.

Os dejo el track de la ruta en Wikiloc:

Track de la ruta

Y, como despedida, el vídeo resumen de mi perfil en Instagram:

¡Hasta la próxima!

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