PEÑA CANALETA

Reconozco que hicimos esta ruta sin saber el nombre y guiándonos solamente por mi hermano, cuya pasión por su pueblo, que es el mío, le hace poner nombres según su criterio y de manera totalmente subjetiva.

Pero no seré yo quien le quite la ilusión.

Por eso emprendimos la marcha convencidos de llegar al Machu Pichu mogarreño, ¡nada menos! Pero, en realidad, esta ruta no existe ni está señalizada y cualquier parecido con la ciudad sagrada inca, será pura coincidencia.

Cabaña construida en lo alto de la Peña Canaleta

Salimos desde el Camino de las Eras, en Mogarraz, un trazado repleto de hojas de roble propio de la época. Las colmenas es otro de los atractivos de este recorrido, de hecho se pueden ver varios carteles donde nos avisan-con gran sentido del humor por parte de su dueño- que “las colmenas están dotadas con sistema de aviso GPS y vídeo cámara de vigilancia”, para evitar su robo. Por cierto, colmenas que producen una miel riquísima de la que hemos dado buena cuenta en algunas celebraciones como la de San Blas, pero eso lo contaré en otra ocasión.

Sendero repleto de hojas de roble

La ruta es corta con una duración total de 6,3 kilómetros y, aunque algo empinada, es perfecta para realizar en familia. Lo que más sorprende al llegar arriba es la cabaña redonda de piedra y tejado de escobas- de reciente construcción-cuyo interior está vacío pero desde el que se divisa la Peña de Francia a través de la única ventana que hay.

Incluso lo mejor es llevar el bocata para comer allí. Las vistas son maravillosas porque puedes divisar toda la Sierra de Francia mientras degustas el almuerzo sentado en cualquiera de las piedras enormes de granito que hay en el lugar o en una mesa construida para la ocasión que hace las veces de merendero.

Vistas desde el interior de la cabaña con la Peña de Francia al fondo

Como siempre, os dejo el vídeo resumen que colgué en mi Instagram.

CUEVA DE LA MORA

La Cueva de la Mora situada en la Sierra Quilama, Salamanca, es un paraje misterioso y lleno de encanto con una historia detrás que la hace más atractiva y que tiene como protagonista a la reina Quilama y su enamorado, el rey godo Don Rodrigo. Cuenta la leyenda que ambos se cobijaron en la cueva huyendo de la invasión musulmana que había comenzado en la península en el año 711. Aunque su primer escondite fue en algún lugar de la Sierra de Francia, distintos pasadizos y cuevas les hicieron llegar a la denominada hoy Cueva de la Mora.

La ruta parte de Navarredonda de la Rinconada, pueblo natal de mi padre, por cierto. Matorrales y escobas adornan el camino hasta llegar a las Fuentes, un espacio que se agradece para hacer una pausa y en la que puedes (y debes) echar un trago de agua fresca. Caminamos por pistas de tierra y caminos repletos de hojas de roble a lo largo de unos 4 kilómetros de subida.

El último tramo merece una pausa, no solo para coger aire después del esfuerzo , sino para disfrutar de las vistas de toda la sierra y sus pueblos desde lo más alto (1.434m.)

Desde ese punto iniciamos el descenso a la cueva. Es un tramo difícil y algo peligroso, sobre todo si no tienes cierta experiencia. La bajada es a través de una pedrera de granito entre matorrales y piedras de distinto tamaño que requieren paso firme y lento para asegurar bien el pie. Una vez allí puedes trepar hasta la cueva, con algo de cuidado, o simplemente quedarte a comer a sus pies contemplando la enormidad de la zona de Entresierras.

Cueva de la Mora

Os dejo el vídeo resumen de la ruta que, como siempre, cuelgo en mi Instagram.

Gracias por estar ahí.